jueves, 15 de enero de 2015

Los trece niveles del cielo

Esta vez voy a compartir la cosmogonía  que tenían los aztecas sobre el Universo, a través de uno de los mitos más conocidos : "Los trece niveles del cielo" . Sin embargo, no hay que olvidar que los aztecas eran descendientes de otros pueblos  y heredaron el legado de un sinnúmero de culturas anteriores.




El cielo de los aztecas constaba de trece hemisferios dispuestos en sentido ascendente desde la superficie de la Tierra. En el más alto de todos, que se llamaba Omeyocán, vivía Ometeotl, el ser supremo, consagrado eternamente a crear, organizar y mantener el mundo con su aliento sagrado. 

Por debajo de la superficie de la Tierra estaba Mictlán, el inframundo, obra de los hijos de Omeyocán. Los tres niveles del universo ( el cielo, el inframundo y la superficie de la Tierra) convergían en el centro del mundo, Tenochtitlán, la capital de los aztecas. 

"¿Quién podría conquistar Tenochtitlán ?
¿Quién osaría agitar los cimientos del Cielo? ", se preguntaba un poeta azteca desde la firme convicción de que si Tenochtitlán caía en manos enemigas o era destruida el universo mismo se vendría abajo. En el centro de esta sagrada ciudad se erguía el templo doble de Huitzilopochtli, el dios nacional de los aztecas, así como de Tlaloc, el antiguo dios de la lluvia

Escultura que representa a la diosa azteca  del agua
Chalchiuhtlicue ( en piedra )
Museo de América - Madrid 

Escultura que representa a la diosa azteca  del agua
Chalchiuhtlicue ( en piedra )

Escultura que representa a la diosa azteca  del agua
Chalchiuhtlicue ( en piedra )
Museo de América - Madrid

Escultura que representa a la diosa azteca  del agua
Chalchiuhtlicue ( en piedra )

Escultura que representa a la diosa azteca  del agua
Chalchiuhtlicue ( en piedra )

Escultura que representa a la diosa azteca  del agua
Chalchiuhtlicue ( en piedra )
Escultura que representa a la diosa azteca  del agua
Chalchiuhtlicue ( en piedra )



Ometeotl, el ser  supremo, existía más allá del tiempo y del espacio. 
Estaba dotado de una doble naturaleza, podía ser hombre o mujer, por ese motivo, tenía el título de  Señor de la Dualidad, y precisamente habitaba en lo más alto del decimotercer cielo, conocido como el lugar de la Dualidad. 


Escultura de Ometeotl, el Señor de la Dualidad, representado con la máscara
del dragón estelar en su condición de señor del destino.
Foto de Mitología - C.S. Littleton

Purépecha. Habitantes de las tierras altas de Michoacán, son un grupo étnico  que superó
los ataques de los azteca.  Hogar con tareas domésticas.
-Museo Nacional de Antropología  ( Madrid ) 




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